Las dos localidades ubicadas entre las Sierras Chicas y las Grandes en medio del Valle de Calamuchita, se caracterizan por sumar a sus múltiples atractivos naturales una serie de postales históricas y actuales de la cultura centroeuropea.
Por Jorge Garmendia
Villa General Belgrano y La Cumbrecita, dos localidades cordobesas ubicadas entre las Sierras Chicas y las Grandes en medio del Valle de Calamuchita, se caracterizan por sumar a sus múltiples atractivos naturales una serie de postales históricas y actuales de la cultura centroeuropea.
Foto de Municipalidad de Villa General Belgrano.
Villa General Belgrano es la ciudad más grande del Valle de Calamuchita, está a 750 metros de altura y por estar rodeada de sierras y espejos de agua tiene un microclima único donde las temperaturas son moderadas en verano e invierno.
Además, cuenta con una población que en su mayoría es de ascendencia europea y con comunidades nativas y de descendientes de inmigrantes que llegaron desde Alemania, Suiza, Austria, Italia, Hungría y España, entre otros países.
El subsecretario de Turismo y Desarrollo Sustentable, Pablo Sgubini, destacó que la conjunción de varias comunidades en un marco natural de increíble belleza «es uno de los principales atractivos de Villa General Belgrano».
Los recorridos por el casco histórico de la villa permiten apreciar el estilo arquitectónico alpino, con clásicos tejados, jardines floridos y abundante madera, que predomina con fuerza en las antiguas y también en las modernas construcciones.
Las vistas con reminiscencias centroeuropeas se mezclan en forma armónica con paisajes caracterizados por bosques de pinos, cipreses, robles y encinas y los cursos de los arroyos Molle, Sauce y La Toma, sitios que según Cintia Ramírez, guía especializada de esta localidad cordobesa, «sirven para apreciar la convivencia entre las diversas costumbres culturales y las diferentes edades».
«La villa cuenta también con las fiestas nacionales de la Cerveza, del Chocolate Alpino y de la Masa Vienesa, que convocan a miles de turistas que conviven en armonía con la población y sus costumbres», afirmó Sgubini.
La Torre del Tiempo, ubicada en el Salón de Eventos y Convenciones, que ofrece vistas únicas de las Sierras Chicas y Grandes y del vecino valle de Traslasierra; las visitas a la fábrica de cerveza artesanal Viejo Munich; y la variada oferta gastronómica, que se refleja con fuerza en sitios como El Ciervo Rojo, completan la oferta turística de Villa General Belgrano.
La Cumbrecita, una bonita y pulcra aldea con una ubicación privilegiada en el Valle de Calamuchita, es una villa alpina ecoturística, completamente peatonal y con claras reminiscencias de los pequeños poblados germanos del siglo XV.
El pueblo está profundamente enclavado en las sierras cordobesas y se fundó con distintas corrientes inmigratorias que llegaron hasta el lugar y levantaron un verdadero paraíso, que hoy es visitado por miles de turistas durante todo el año.
La directora de Turismo de La Cumbrecita, Janina Quinteros, sostuvo que «visitar este pueblo es ingresar a un refugio de tranquilidad donde la naturaleza y la fuerza transformadora del hombre logran mantener un sano equilibrio».
Quinteros destacó que todos los recorridos por el pueblo «están planificados para realizarse a pie» debido a que La Cumbrecita «mantiene a ultranza la condición de ser el único pueblo peatonal del país».
«Esta característica, junto a normas de convivencia en relación a los horarios, la higiene, el cuidado de los recursos naturales y la edificación, hace que el pueblo tenga un atractivo especial para el turismo», recalcó la joven funcionaria.
El lugar es ideal para pescar truchas y realizar caminatas entre paisajes dominados por el color marrón de las sierras y el verde de los pinos, los eucaliptos y los robles; el amarillo, el rojo y el naranja de las flores; y la transparencia de una cascada de agua que forma una olla similar a una piscina natural de la que puede disfrutar toda la gente.
La Cascada, los bosques, el antiguo cementerio, que desde su inicio fue planteado como un bello parque con frondosa arboleda, y el río subterráneo, son los atractivos naturales salientes de este hermosa aldea ubicada a 1.450 metros sobre el nivel del mar, lo que la transforma en la localidad situada a mayor altura de la provincia de Córdoba.
Los restaurantes, donde las especialidades de la cocina centro-europea son las principales estrellas, los comercios dedicados a la venta de artesanías, las esculturas de madera que adornan sus calles y la amplia gama de colores que brinda la vegetación a la caída del sol, son otros de los motivos que justifican un paseo por este lugar donde el tiempo parece estar detenido.
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